El ambiente triunfal que se había instalado en Chamartín después de conseguir la Copa del Rey se diluyó fugazmente. El ánimo guerrero de Mestalla, donde todos los jugadores mordían con más o menos dureza dependiendo de los jugadores, no ha hecho acto de presencia en la ida de la semifinal de la Champions. Mourinho alineó a un equipo que decididamente se quedó atrás desde el primer minuto, a pesar de la alineación de Özil, que hizo pensar que el Real Madrid intentaría llevar la iniciativa en su campo. Guardiola no ha cambiado nada y ha vuelto a salir a por el balón, Xavi ha jugado mejor que en los dos últimos clásicos y eso se ha traducido en momentos donde la posesión ha alcanzado el 80% .
Pepe fue expulsado en el minuto 60 después de planchar la pierna de Dani Alves. Con Pepe, el Real Madrid no tuvo ninguna oportunidad clara de marcar. Con diez tampoco. Después del descanso, Mourinho quitó a Özil y dio entrada a Adebayor. El togolés se colocó como nueve para jugar al pelotazo y la mediapunta fue ocupad por Pepe. Los últimos partidos han otorgado al central brasileño un aura de heroicidad que ha acabado por romperse en este partido, donde una entrada innecesaria muy cerca del área rival le ha dejado fuera de los dos últimos clásicos.
Con uno menos, Guardiola diseñó el escenario para que Ibrahim Afellay pudiera demostrar el por qué de su fichaje. A los cinco minutos de haber salido, cogió el balón, hizo una carrera, quebró a Dani Alves y puso el primer gol a Messi, que sólo tuvo que empujar. En los pocos minutos que quedaron no hizo mucho más, pero sí quedó tiempo para que Messi volviera a hacer carrera individual y marcara el segundo después de evitar a 3 hombres en el camino.
El Barcelona se queda muy cerca de la final, queda un partido todavía en el que Mourinho no podrá contar ni con Pepe ni con Ramos. Los dos goles además dejaron al descubierto el planteamiento de Mourinho, que se resignó a buscar el 0-0 y se encontró con la expulsión de Pepe, que les permite ocultar el planteamiento ultradefensivo, que el mismo Cristiano Ronaldo despreció: “a mí no me gusta, pero tengo que adaptarme”.