Francia ha perdido 0-2 con México, sin embargo, eso no es lo peor. Eso es la consecuencia de más de cuatro años echados a perder por culpa de un seleccionador que no cuenta con la simpatía de los aficionados... ni con la de los jugadores, en Alemania llegó hasta la final, sí, pero después de bajarse los pantalones y aceptar la auto gestión del vestuario, la Vieja Guardia concretamente: los Vieria, Henry, Zidane...
Francia no ha metido un gol en los últimos tres partidos (China, Uruguay y México) y por tanto, lo máximo que ha logrado ha sido un empate a cero contra Uruguay. Sin embargo, hoy ha empezado el partido animosa, con voluntad, teniendo el balón, México esperaba la oportunidad, cuando la encontraba creaba más peligro y así ha llegado un gol. Luego Francia se ha asustado y ha ido con la fuerza que te da el pánico, valentía con la fortaleza de una hoja seca, ninguna en absoluto, tanto que cada vez que robaba el equipo de Javier Aguirre se mascaba la tragedia que finalmente ha llegado en forma de penalti y luego en gol.
El pasado y el presente de México
La tricolor ha marcado dos goles, uno lo ha marcado un delantero espigado y que apunta buenas maneras: Chicharito Hernández. El segundo lo ha marcado un viejo conocido: Cuauhtemoc Blanco. Ambos han marcado además en el orden que le ordenan sus estados de ánimo. Chicharito ha marcado el primero, el de la esperanza, él es el delantero del futuro para México, y por su lado, Cuauhtemoc ha marcado el de la tranquilidad, el de asegurarse de lo que se ha hecho no ha sido en balde, este jugador está a punto de retirarse y lo que más aporta a la selección, aparte de su calidad, es veteranía.
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